TERRA-PLENA “Andar por los caminos enseña mucho”. Juan Rulfo “La memoria no es lo que recordamos, sino lo que nos recuerda. La memoria es un presente que nunca acaba de pasar”. Octavio Paz El proyecto apuesta por potenciar un Jardín Etnobotánico que recupere los ecosistemas naturales del Valle de México, además de aquellos que permitieron una diversidad de usos y funciones en la cotidianidad de los habitantes de la región y por tanto parte esencial de las culturas mexicas y teotihuacanas y de la riqueza cultural de nuestro país. El Jardín Etnobotánico organiza la experiencia cultural, articulando el pabellón de exposiciones con todas aquellas actividades lúdicas, científicas, culturales y educativas que competen a este concurso. Para ello, se proponen dos estrategias principales: 1. El jardín como experiencia global. Generar un recorrido estructurado y pautado, que permita disfrutar, aprender, reflexionar y generar conocimiento sobre los diversos hábitats representados, los sistemas ecológicos a los que pertenecen y su relación con las sociedades y culturas del Valle de México de una manera pedagógica, dinámica y científica. El diseño no busca la arquitectura masiva de un gran edificio, sino considera el paisaje como el elemento protagonista de la propuesta, actuando como articulador de los distintos hábitats y pabellones menores complementarios y ofreciendo una diversidad de experiencias al visitante. 2. Construir una identidad en el paisaje potenciando un sistema de plataformas que al escalonarse en el paisaje dialoga con la propia topografía y permite construir un relato lleno de situaciones diversas. El diseño hace referencia a los sistemas de taludes y plataformas de la arquitectura prehispánica, los cuales responden a su topografía con una serie de terrazas y rellenos para formar un conjunto de estructuras alrededor de plazas. Este sistema permite organizar los diferentes hábitats utilizando los distintos terraplenes que se abren y cierran. Dentro de este sistema de plataformas se aprovechan los distintos desniveles para albergar espacios de soporte o incluso conformar una serie de pabellones que dan apoyo al funcionamiento del Jardín y del Centro de Cultura Ambiental. El escalonamiento también permite diseñar el sistema de riego a través de una serie de acequias que permiten conducir el agua por gravedad hacia las distintas plataformas del sistema y paralelamente formar parte del lenguaje del paisaje y su recorrido. La propuesta recupera el sistema de las chinampas y su red de canales como método ancestral y patrimonial de producción de alimentos y manejo de aguas que permite además mantener una relación armónica con el medio ambiente al conservar y regenerar los ecosistemas lacustres. PROGRAMA Entendemos el Centro de Cultura Ambiental (CCA) como un lugar de investigación que permite reforzar la discusión de temas ambientales, a través de la propia temática del Jardín Etnobotánico. Es decir, el Centro coexiste gracias a la puesta en escena del Jardín. Esto permite generar una dinámica no sólo que permita difundir, mantener y cuidar las raíces etnobotánicas de nuestra cultura, sino que el Centro de Cultura Ambiental funcione como un laboratorio natural que abre sus puertas al público para generar conocimiento y conciencia ambiental de una manera más dinámica y pedagógica. Este Centro se organiza a partir de tres grupos principales de hábitats representativos: Hábitat Natural. Se recuperan cuatro ecosistemas: Plantas Xerófilas de climas áridos y secos; Plantas de Pedregal y Bosque Espinoso; Plantas de Bosque de Pino-Encino; Plantas Lacustres. Hábitat Cultivado. El diseño recupera dos sistemas de cultivos autóctonos: la milpa y la chinampa. Hábitat de Invernadero. Plantas tropicales. Cada hábitat va acompañado de todo el soporte que permita crear un entendimiento exhaustivo del mismo por parte del visitante. En lugar de diseñar un jardín y un pabellón de exposiciones como dos espacios independientes, proponemos disgregar el pabellón a lo largo del recorrido, de tal manera que cada hábitat se acompaña de su propio pabellón temático o laboratorio expositivo. Estos conforman los requerimientos de exposiciones permanentes del programa. Otros pabellones completan el resto de actividades lúdicas, como sala multiusos y vestíbulo. La topografía es utilizada para guiar el recorrido a través de cinco hábitats y cinco pabellones de exposición permanente que responden y dan soporte a cada uno de los diferentes entornos; y un último pabellón que resume las inquietudes sobre el cambio climático. La propuesta de diseño se formaliza a través de una serie de plataformas o terrazas que estructuran el paisaje, cuyos muros de piedra volcánica hacen referencia al paisaje del Pedregal, característico del Valle de México, que permite contrastes sorpresivos con la vegetación. Los pabellones, de carácter estereotómico, se proponen de cerámica reforzados con concreto, con la intención de hacer una arquitectura económica, de fácil mantenimiento, fácil de construir y duradera en el tiempo.